Leernos, es leerte

miércoles, 2 de enero de 2008

De Colección


Respondiendo a la prenda de Ed.Scar decidí escribir un relato transmitiendo lo que creo que representan o representaron los juguetes en nuestra vida.

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De Colección

Érase una vez un pequeño muñeco de acción muy bien conservado, colocado con sus presillas de seguridad en la caja del juguete, muy colorida por cierto. Su creador lo había decidido llamar Guerrero del Pasado. Este ejemplar de la colección de Guerreros Míticos había sido elegido como uno de los más buscados en lo que se refería a artículos de colección. Eran piezas únicas; los ejemplares eran escasos. Desde su nacimiento en la fábrica de juguetes, sus días los había pasado guardado en una caja de cartón, esperando a ser entregado a alguna juguetería prestigiosa puesto que esta fábrica hacía objetos de calidad excepcional. Fue así como a los dos meses la oscuridad fue luz y sus días se convirtieron en semanas esperando a algún comprador en los estantes del local de muñecos de colección NuncaJamás.
Dos sábados previos a Navidad una mujer rubia había llegado al lugar, observando apurada por todos lados. El empaque llamativo de Guerrero del Pasado fue esencial para la decisión del cliente, quien lo tomó y lo pagó, pese a sus sendas críticas por tan alto precio.
Envuelto en un papel de regalo, el muñeco esperaba ansioso por saber quién sería su nuevo dueño. Poseerlo era una oportunidad que no todos podían tener. Nochebuena llegó y el joven desgarró el papel, descubriendo lo que tanto ansiaba. Su madre estaba aliviada, no estaba segura de si ése era el objeto que su hijo tanto había buscado. El Guerrero fue observado de pies a cabeza, sacado cuidadosamente de su caja; el joven sabía lo que tenía en sus manos, era un coleccionista muy meticuloso. Aprobado el juguete, lo devolvió a la caja y lo llevó a su habitación. El Guerrero observó a sus nuevos compañeros de estante. Eran Guerreros Míticos, algunos dragones, magos poderosos y una pequeña muñequita pelirroja. Esta última llamó la atención del juguete nuevo. El joven colocó con precisión a su artículo junto a los otros Guerreros, sonrió con regocijo y tomó con violencia a la muñequita. Ella no pertenecía a ese lugar. Cuando no hubo gente en la habitación, a lo lejos se podía escuchar al joven y a una aparente niña de no más de diez años:
- ¡Camila! No me dejes más tus cosas en mi cuarto, ¿entendés?
- ¿Qué te dejé en tu cuarto?
- ¡A tu muñeca! Deja de tirar tus cosas por cualquier lado, mi colección es muy cara, entendelo.

Los demás muñecos fueron amables en comentarle al nuevo integrante que Camila era la hermana de Hernán, el coleccionista. Se escabullía en su habitación para observar a los muñecos y jugar con su juguete, su muñeca pelirroja. Luego la dejaba junto a ellos para pretender que era tan magnífica como pretendían ser aquellos artículos inamovibles. Fueron sólo los primeros meses de orgullo los que provocaron un sentimiento de superioridad frente a la muñequita pelirroja de Camila y su suciedad y enmiendas constantes en su cuerpecito de trapo. Pero la prisión de plástico y las presillas de seguridad demostraron la inferioridad real en la que se encontraban aquellos juguetes que jamás participarían de alguna batalla o guerra fatal.
En sus celos idearon un plan maligno. Harían desaparecer al juguete de Camila. Querían asustarla y terminar con tanto despliegue de libertad.
Guerrero del Pasado no quería ceder frente a esta verdad. Estaba seguro de que Hernán les tenía un futuro digno de su colección. Los demás Guerreros anhelaban moverse, pero no comprendían que su destino era otro. Guerrero del Pasado sí lo entendía. Así lo decía siempre. Es así que quiso probarse ante todos y demostrar su verdad. Él también desaparecería y demostraría lo importante que era su presencia en aquel estante para su dueño.
La misma noche que arrojaron a la pelirroja al suelo para verla destrozarse en la boca del perro de Hernán, Guerrero del Pasado se escondió en una tablilla de madera suelta en el piso de la habitación. Al día siguiente el caos fue agotador. Camila lloraba por toda la casa, tristemente sosteniendo entre sus manos a su muñequita arruinada, mordida y amputada. Hernán la culpaba a ella de la desaparición de su Guerrero y entre lágrimas ella juraba que no tenía idea de qué le había pasado. Se sentía culpable de todo puesto que su hermano le había advertido miles de veces de no dejarla allí y además esa colección era tan valiosa para él.
La madre de los dos remendó en media hora a su muñequita pelirroja y la vida le volvió a la cara. Camila agradecida, le pidió un favor a su madre y juntas salieron por una tarde mientras Hernán, fastidiado, permaneció encerrado en su habitación sin hablarle a nadie.
Bajo la tablilla de madera, Guerrero del Pasado se preguntaba porqué no se molestaba en buscarlo. Era su último objeto de colección, el que la completaba. ¿Cómo no lo buscaba?
Dos noches pasaron; el cumpleaños de Hernán llegó. Entre todos los amigos del joven, su hermana menor, la dulce Camila, apareció y avergonzada le entregó un paquete. Hernán, comprensivo, la abrazó. Rasgó el papel y lo que ya suponía apareció. Era Guerrero del Pasado, la pieza faltante de su preciada colección. Sonriente, besó a su hermana en la mejilla y le pidió perdón por haber sido tan agresivo con ella. Ella lo abrazó y le pidió perdón también.
Terminada la fiesta, Hernán entró en su habitación para descansar, pero no sin antes colocar su más lindo obsequio de cumpleaños: Guerrero del Pasado. Mirándolo con cariño, sonrió para sí pensando que su pequeña hermana había seguramente tomado dinero de sus ahorros para poder comprar eso para él y desde ese día supo que aquel iba a ser su objeto de colección predilecto.
Se recostó en su cama, cerró los ojos y se durmió.


Bajo la tablilla de madera, el antiguo y olvidado Guerrero del Pasado observó como había sido un mero objeto de decoración, sin ningún tipo de apreciación o amor. Comprendió entonces a Camila y la pelirroja muñeca, comprendió a sus antes compañeros de estante y solitario en la oscuridad, apresado en su caja, cerró los ojos y se durmió.
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Le dejo la prenda a Kevin de escribir sobre el tema de precisamente, Escribir.
Saludos!

3 comentarios:

Chebing dijo...

Que copado el relato Noe!!!

Me gustó mucho, pero que lástima lo que le pasó a Woody, digo a Guerrero del Pasado, todos los Buzz Lightyear, digo otros juguetes de la colección, eran re malvados. Y buen, estaban podridos de estar ahi sin nada que hacer.

Bueno, seguimos por msn :P

Saludos!

x Noelia x dijo...

Los otros guerreros no eran malvados! estaban celosos de la libertad de la muñeca de Camila
mhh

y guerrero del pasado era un fanfarron que se la creia hasta que se dio cuenta de q no tenia el afecto que tenia camila x su muñeca.

mhh
viste q no entendiste nada
mhh

Chebing dijo...

Nunca entiendo nada!!!!!!

xD

Pero mira el lado bueno, tampoco entendí Toy Story!

Toy Feliz!
Toy Triste!
Toy Story!


Jajajaja, ahora me pongo a relatar algo, un besop